Con la ganadería, ocurre algo similar. La ganadería intensiva pretende producir más en menos tiempo y ocupando un menor espacio. Para ello, en lugar de dejar a los animales que pasten de forma natural en extensas parcelas de terreno, cambiándoles de lugar de acuerdo con los recursos disponibles, que distribuyan sus excrementos, fertilizando y propagando las semillas (ver introducción tema 3), el modelo industrializado opta por hacer que las condiciones de vida de los animales se supediten a maximizar la producción y el beneficio económico de distintas formas, entre las que destacan:
Alimentarlos con “piensos compuestos” obtenidos de grandes monocultivos intensivos procedentes muchas veces de países muy lejanos para que engorden rápido. En ocasiones, incluso se usan sustancias químicas de engorde para que produzcan más (carne, leche….).
La obtención de estos piensos compuestos para el ganado estabulado implica cultivar grandes extensiones de terreno de forma intensiva. Así, la cantidad de territorio necesario aumenta muchísimo, en contra del principio de eficiencia de uso de la tierra de la intensificación.
¿Sabías qué…
… más de 2/3 de la tierra cultivada en Europa son para producir alimento (pasto enriquecido para el ganado intensivo)
Lo peor de todo es que a veces esos terrenos son detraídos de ecosistemas de gran valor natural y/o sistemas agroganaderos tradicionales que alimentaban a las poblaciones locales, las cuales son expropiadas o se ven obligadas a vender sus tierras.
Resumiendo: los principales efectos adversos de estos procesos de intensificación de la agricultura y la ganadería son:
Menor calidad de los alimentos. La intensificación de los procesos de crecimiento de las plantas y los animales los hacen, en general, menos densos en nutrientes de alto valor, en detrimento de su sabor.
Toxicidad. Los productos químicos y medicamentos utilizados en po este modelo de agricultura pasan a formar parte de las plantas, los animales y el agua. Las personas que las consumimos acumulamos estos contaminantes que nos pueden provocar enfermedade
Contaminación del suelo. El uso intensivo de fertilizantes minerales y herbicidas degrada el suelo a medio y largo plazo y necesita permanecer durante mucho tiempo en barbecho. A veces nunca se recupera y se abandona e incluso cambia a usos no productivos (construcciones de edificios u otras infraestructuras).
La mercantilización del derecho a la alimentación (soberanía alimentaria): aquellos campesinos que no tienen acceso a los caros medios productivos de la agricultura intensiva se ven forzados a dejar el cultivo por falta de “competitividad” con los bajos precios esta consigue.