Especial mención merecen 3 de los mamíferos de la Península ibérica por su importancia y por su especial relación con el ganado y con el ser humano y su actividad.
- El oso pardo (Ursus arctos) en las cordilleras Cantábrica y los Pirineos. El mamífero silvestre más grande de España pudiendo medir casi 2 metros de largo/alto y pesar más de 150 kg.
- El lince ibérico (Lynx pardinus) El felino más amenazado del planeta según la UICN. Con 12-14 kg de peso y casi 1m de longitud. Habita solo en el sur peninsular, Sierra Morena y desembocadura del Guadalquivir.
- El lobo ibérico (Canis lupus signatus): Es el gran símbolo de nuestra fauna ibérica. Es el pico de la cadena alimenticia, lo que además de calificarle como “superdepredador” le confiere una función clave de regulación en cualquier ecosistema donde aparece.
Del tamaño de un perro grande (160cm de longitud y 80cm de altura y entre 30 y 40 kg de peso). Se distribuye desde el sistema Central hacia el Norte y parece que poco a poco va recuperando el territorio donde hace siglos estaba presente.
Mientras que el oso en su área de distribución no suele ser un problema para el ganado que respeta y no le causa graves problemas. Si bien le gusta alimentarse de carroña y alguna que otra colmena que invade para comer miel, los daños son minoritarios. Igual ocurre con el lince que habita en la zona suroccidental en buena sintonía con los recursos ganaderos a los cuales no causa problema alguno. Sin embargo, el lobo en la cultura popular desgraciadamente tiene una mala fama nada merecida. Para solucionar este problema, se ha de trabajar más desde las instituciones públicas (gobiernos autonómicos y estatales) y privadas (compañías de seguros) en compensar las pérdidas del ganadero y su labor mediante medios disuasorios con indemnizaciones adecuadamente distribuidas evitando el pillaje.
El lobo es una especie fundamental para el funcionamiento de los ecosistemas que mantiene sanos y equilibrados las poblaciones de ungulados en la península Ibérica y muchas otras partes del mundo, gracias a:
Regulación de la salud de las poblaciones: Alimentándose de los animales enfermos y más viejos
Aumento de la producción agrícola y de la regeneración vegetal mediante el control de las especies de herbívoros silvestres que pueden dañan los cultivos evitando el sobrepastoreo manteniéndola en equilibrio y evitando la pérdida económica. Así mismo facilita el almacenamiento de carbono (Control cambio climático) fomentando la recuperación forestal y aumentar la biodiversidad.
Eliminación de carroñas: Influye de forma indirecta en otros grupos animales como los carroñeros que limpian el ecosistema y ayudan a cerrar el ciclo ecológico.
Los lobos son tan importantes a la hora de conservar el equilibrio de los ecosistemas que, si desaparecen, puede precipitarse su degradación. Un ejemplo impresionante fue cómo los lobos fueron capaces de facilitar la restauración ecológica del Parque Nacional de Yellowstone en Estados Unidos.